Portada de Afinidades, de Hernán Antonio Bermúdez.
Ir, una y otra vez, a objetos de la literatura o del arte sin permitirse mengua en el afán valorativo, ese que no cesa de establecer comparaciones, destacar influencias, evocar lo que precisa la memoria, tender puentes, renovar los vasos comunicantes y concertar pensamiento e imaginación, tal es la actividad del crítico en la sociedad. Él pertenece al tipo de escritor que bajo ninguna circunstancia puede refugiarse en el escribir sólo para sí mismo. Escribe para mover la atención del público hacia productos en los que ha visto anudarse, luchar, sobrevivir, hundirse, reverdecer, ocultarse o simplemente brotar significaciones relevantes de la vida y de la cultura.
En algunos casos la perspectiva nace de las rápidas notas tomadas bajo la impresión de aquello en lo que casi nadie había reparado. El crítico considera, además, obras del pasado a la luz de lo actual, sea cuestionando la tradición o reivindicando valores. En su oficio se cruzan los pálpitos de la indagación y el sobresalto de los vislumbres y de las señales. La lectura de ensayos críticos nos recuerda que la opinión no consiste en las reverberaciones que se encrespan dentro de cuantos espacios acogen a los seres humanos, sino que se desarrolla gracias a la elaboración de la conciencia, a las conquistas del lenguaje.
En Afinidades, Hernán Antonio Bermúdez articula una lúcida visión sobre libros de poesía y narrativa y temas que han sido constante preocupación suya a lo largo de los años. Estamos, los lectores, ante un ejercicio en el que las palabras buscan y se buscan, en el que la ruta a seguir es indicada por la multiplicación de los hallazgos, en el que siempre se trabaja por el enriquecimiento de la experiencia literaria.
Texto de Roberto Castillo para la primera edición de Afinidades, Tegucigalpa, 2007.
Afinidades ya está a la venta en las librerías Mundo Literario, de Tegucigalpa, Caminante y Liser, de San Pedro Sula. Precio: Lps. 220.00.